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Bobby and Spanky

Desde hace pocos meses tengo nuevos vecinos al lado de mi casa, una familia pequeña: ambos padres jóvenes y hermosos con dos hijitos bastante bonitos y un perro grande y obediente que sacan a pasear por la tarde los dos chicos de la casa. La jovencita tendrá unos 16 años, alta y esbelta, con un cuerpo joven pero ya acabado de hacer con formas bien pronunciadas; y su hermano menor de unos 12 o 13 años de pelo rubio y hermosos ojos azules. Ambos son muy serios y formales, cuando pasan frente a mi saludan atentos y educados.

La semana pasada estaba tomando el sol en mi jardin cuando escuche ruido en la cerca divisoria de un costado de su casa. Me di cuenta que el perro trataba de cruzar la cerca. No puse demasiada atención pues asumí que el perro era muy grande para pasar por entre las tablas así que volví a cerrar los ojos… pasaron unos minutos y volví a escuchar ruido mas cerca de mi, abrí los ojos y cual fue mi sorpresa cuando veo junto a mi al enorme al enorme perro con su lengua colgando y chorros de saliva escurriendo de su hocico; y detrás del animal, el hermoso rostro del chico de al lado.

— Mi perro sabe un truco que le enseñó mi hermana, ¿quiere verlo?

— Primero quisiera saber como llegaron los dos hasta aquí y porque no pidieron permiso para pasar a mi casa.

— Yo vine detrás de el — dijo el chico señalando al perro que seguía junto a el sin mover un músculo —. Pero la he estado observando y creo que le va a gustar el truco que sabe hacer mi perro. Se llama Spanky.

— ¿Que me has estado observando y desde cuando? ¿Y que es lo que has visto niño?

— Me llamo Bobby y la he estado observando de noche en su alcoba, la mía queda frente a la suya, y como no cierra la cortina, es fácil verla cuando se masturba con sus juguetes. — quise interrumpir después de escuchar eso pero no me lo permitió y continuo sorprendiéndome con sus comentarios— mi hermana también tiene juguetes y los usa muy a menudo. Por eso le enseñó el truco a Spanky.

¿Y tu que edad tienes, Bobby?

— Yo tengo 12 años y medio, mi hermana Sally tiene 16 acabados de cumplir.

— Bueno, pues me ha dado mucho gusto conocerlos, Spanky y Bobby, ahora quiero que ambos salgan de mi casa por favor y me dejen tomar el sol, so-la.

— no nos ha dicho su nombre, y eso es de mala educación.

— Es mas mala educación entra a la casa de una mujer sola sin tocar la puerta. Y mi nombre es Tisha. — dije yo mientras me levantaba de la silla y trataba de cubrir mi cuerpo con la bata. Quise dar un paso adelante para caminar pero el perro Spanky me lo impidió olisqueando mi entrepierna como es que lo hacen los perros — Hey, eso esta mal, muy mal, Bobby detén a tu perro por favor.

— Seguramente huele bien, el lo siente y por eso lo hace. ¿De verdad no quiere ver el truco que le enseñó mi hermana a Spanky?

— No — respondí de muy mal modo y comencé a caminar hacia mi casa. Ambos, el perro y el niño, me siguieron hasta la entrada de la cocina — Ese animal no puede entrar aquí.

— Es un perro muy limpio y bien educado que se que le va a caer muy bien. Adema de que yo también se un truco que le puede gustar.

— Esta bien, esta bien, me convenciste. Enséñame el truco de tu perro, luego me enseñas el tuyo y se van y me dejan sola y no quiero que vuelvan a aparecer por aquí ninguno de los dos, ¿entendiste?

— Si señorita. Pero para que el truco de Spanky resulte necesitamos que se siente en esta silla por favor y separe un poco sus rodillas.

Yo obedecí y, aun en traje de baño, tome asiento en la silla con las rodillas un poco separadas, el perro se acerco y se sentó muy quieto frente a mí.

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